LA ESCUELA PROFESIONAL EN LOS AÑOS DEL FRANQUISMO
Juan Carlos Sánchez COrralejo
De la Escuela Profesional al IES DOn Bosco, pp. 15.
I.S.S.N. 84-690-2378-0
El edificio primigenio. Año 1856
EL ORIGEN.- La Escuela Profesional
nació con la idea primigenia de ser una escuela local de zapatería, auspiciada
por el sindicato local de la piel, capaz de formar el capital humano para el
desarrollo de la primera rama industrial de Valverde, la industria del calzado.
Con anterioridad se había fundado la Cooperativa Valverdeña del Sindicato de la
Piel, cuyo objetivo era obtener créditos para compras, de grandes proporciones,
de materia prima que permitieran beneficiarse de la economía de escala. También
por entonces, muchos obreros se quejaban
de “vacíos” o jornadas inactivas, ya que sólo eran contratados durante 3 días a
la semana, debido a la baja producción.
Eran las calendas en las que el diario Odiel reflejaba, creemos que de
manera exagerada, la crisis del sector
de la zapatería valverdeña: «el que está viendo cerrarse, una a una, las
fábricas de calzado que le dieron fama. Las causas del declive puramente
comerciales, no han destruido, sin embargo, el germen industrioso de los
valverdeños»[1].Pero,
el empeño inicial de la escuela local se vio superado por la iniciativa de la
Obra de Formación Profesional, tutelada por la Obra Sindical franquista, que
amplió la idea original a los ramos profesionales de carpintería y ebanistería,
mecánica, forja y calderería.
El
9 de septiembre de 1948, el pleno municipal, presidido por su alcalde, Juan
Parreño Romero, decidió, a propuesta de
Diego Romero Pérez, presidente del patronato del sindicato valverdeño de la
piel, ceder gratuitamente a la Delegación Nacional de Sindicatos 8.244 m2
en el Ejido de los Piloncillos. Ese mismo mes se firmó el proyecto de la
obra, por parte del arquitecto Antonio
Solesio González, con un presupuesto inicial de 2.578.347 pesetas[2].
«Don
Diego Romero Pérez, en nombre del Patronato de la Escuela Profesional de
zapatería, se dirige al Ayuntamiento, exponiendo el propósito de construir un
edificio para escuela profesional, donde la juventud pueda prepararse
adecuadamente para el oficio que constituye el fundamento de la vida económica
de la ciudad, para lo cual se precisa utilizar terrenos propiedad del
ayuntamiento en el sitio conocido por ejidos “Los Piloncillos”, en la Barriada
de Triana, en una superficie de 8.244 metros cuadrados, cuyo plano acompaña.
Termina con la súplica de que se conceda
dicho terreno a la Delegación Nacional de Sindicatos para el fin
expresado». El cabildo se avino a la donación, estableciendo para ello dos
condiciones:
«1º
Conceder gratuitamente a la Delegación Nacional de Sindicatos con el exclusivo
fin de que sobre él se construya un edificio destinado a Escuela Profesional de
Zapatería, un trozo de terreno al sitio de Egido de los Piloncillos, barriada
de Triana, propiedad de este municipio, cuya descripción es como sigue: Parcela
de terreno improductivo en este término, al sitio conocido por egido de los
Piloncillos. Tiene una superficie de ocho mil doscientos cuarenta y cuatro
metros cuadrados, linda al norte, formando una
línea de sesenta metros de largo, con una de las calles en proyecto de
la llamada Barriada de Triana; al este en una longitud de ciento cuarenta y dos
metros, con cuarenta centímetros, con la calle F de la misma barriada que la
separa de los edificios de Tenería Andaluza S.A.; al sur también con sesenta
metros de lado, con casa y solar de Rafael Ramírez Mantero y otra de las calles
en construcción; y al oeste con la calle D., en una longitud de ciento treinta
y dos metros con cuarenta centímetros que la separa del campo de deportes,
propiedad del Ayuntamiento.
2º
Que la referida (parcela) [sic] concesión queda condicionada a que las obras de
construcción del edificio escuela den principio antes de transcurrir dos años y
queden terminadas antes de los seis años, ambos contados a partir de esta
fecha. De no cumplirse estas condiciones la
concesión quedaría nula, revertiendo el terreno a la propiedad del
Ayuntamiento y quedando en su beneficios
cuanto en él se hubiere hecho o construido, sin indemnización de clase
alguna al concesionario»[3].
En
enero de 1949, el diario Odiel se hacía eco de la noticia de la inminente
construcción de una escuela de formación profesional, cuyo cometido sería la
enseñanza del oficio de zapatero y cuya obra sería sufragada con una aportación
del Sindicato Nacional de la Piel, por valor de 1.300.00 ptas., y otras 200.000
a cargo de la Asamblea Provincial Asistencial, amén de las aportaciones
voluntarias de los industriales valverdeños del Sindicato de la Piel[4].
Tres
meses más tarde, en marzo de 1949, se procedió a la colocación de la primera
piedra con asistencia del cura valverdeño ……………….La labor de extracción de las
rocas utilizadas en la obra correspondió al barrenero Rafael Romero Gómez y a
su cuadrilla, a razón de 10 reales el metro cúbico. Era piedra de laja,
procedía de las canteras cercanas de
Triana y sirvió tanto para hacer los cimientos como las robustas paredes del
edificio. Tiempo después, el propio Rafael Romero fue el encargado de las obras
de ensanche y de fabricar los asientos de cantera del antiguo campo de fútbol
de la Torronca.
En
noviembre de 1950 salió a subasta la segunda fase de las obras de la Escuela
Nacional de Zapatería[5],
aunque la construcción se retrasó en exceso. En octubre de 1952, con motivo de
la festividad de San Crispín, patrón de los zapateros, y tras la procesión y los premios de rigor, la tarde del
25 de octubre de 1952 se reunía la Junta Rectora de la Escuela Nacional de
Zapatería «José Antonio», -encargada de velar por la correcta ejecución de la
edificación, en la cual J. Luis Galovart, delegado provincial de sindicatos,
informó del expediente de subasta de obras para la terminación del edificio[6]. Ocho
meses después, el 23 de junio de 1953 se firmó una escritura por valor de
1.340.000 de pesetas para dar término a su ejecución por parte de la Obra
Sindical del Hogar, a la sazón entidad constructora. El contratista
adjudicatario fue Cándido González Hernando.
La
Organización Sindical presionaba, por entonces, al ayuntamiento para lograr un
replanteamiento urbanístico del barrio valverdeño de Triana, a fin de ampliar
el espacio escolar. El 4 de junio de 1954, el alcalde, Pedro Vizcaíno, presentó
una moción sobre el nuevo trazado y la urbanización de Triana o más
exactamente, como se la denominaba desde el propio cabildo, “la barriada obrera
de Triana”. Por entonces el consistorio había concedido muchos solares que
fueron edificados por familias obreras. La densificación de las construcciones
aledañas chocaba de plano con el emplazamiento de la escuela profesional «de
tanta importancia para la formación de los productores valverdeños, y que no
cuenta, como exige la moderna pedagogía, del terreno que estaría preciso para recreo y esparcimiento de los
aprendices»[7].
De esta forma se determinó la cesión a la escuela de una parte de la calle que
conformaba el espacio intermedio entre la propia escuela y el campo de fútbol
municipal de la Torronca, la denominada “calle D”, actual calle Diputación. El
acuerdo, adoptado por unanimidad, dio vía libre para encargar la redacción de
una modificación al proyecto de urbanización del barrio y ceder gratuitamente a
la Delegación Sindical Provincial el terreno comprendido entre la escuela y el
campo de fútbol, previa autorización del Ministro de Gobernación, y ampliar la
cesión a unos terrenos, poblados de eucaliptos, situados incluso más al sur del
campo de fútbol. Tal moción fue rechazada por el secretario municipal, al
considerar que se estaba vulnerando el art. 188 de la Ley de Régimen Local, al
tiempo que proponía, para evitar
ilegalidades, retrasar la cesión hasta
la aprobación del nuevo proyecto de urbanización.
Según
los estudios de T. López, a fines de 1955 las obras de la escuela estaban ya
finalizadas, esto es, con un año de retraso respecto a la promesa inicial de la
Delegación Nacional de Sindicatos. Aquel momento fue vivido con mucha
expectación por los valverdeños: en 1956 se agilizaron muchas de las obras que
Valverde venía necesitando desde años anteriores. Era alcalde de la localidad y
Jefe Local del Movimiento Pedro Vizcaíno Rodríguez. Apenas unos meses antes de
abrir sus puertas la escuela profesional, se acababan de inaugurar algunas
obras como el Templete -que acogería en adelante los conciertos de la Academia
de Música, en la Plaza Ramón y Cajal, que, también acababa de inaugurar su
nueva iluminación con luces de mercurio y la nueva ermita de Nuestro Padre
Jesús de las Tres Caídas y su plaza delantera; se encontraba muy avanzada la
construcción del nuevo Ayuntamiento y estaba en proyecto el plan de mejora del
Grupo Escolar, que supondría el arreglo de sus accesos y jardinería y la
construcción de un campo de deportes. Asimismo, estaba iniciada la obra, en las
inmediaciones del Grupo, de la barriada de la Inmaculada Concepción y, por las
mismas fechas, se terminó la
pavimentación de la calle B de Triana –actual calle Doctor Marañón- que daba acceso
a la escuela de F.P., así como del sector intermedio entre la carretera y la
estación del ferrocarril.
Aquel año de 1956 fue también el primero de la puesta en
marcha de la Ley de Formación Profesional Industrial y de la creación de las
Universidades Laborales. En marzo, el cabildo aceleró los trabajos de
reparación de los accesos a la nueva escuela «con motivo de su próxima
inauguración»[8].
Callan entonces los papeles oficiales, pero recuerda la memoria colectiva los trabajos acelerados de empedrado de la
actual calle Diputación, motivada por la visita de Franco a Minas de Riotinto,
prevista para el 24 de abril, y la aspiración –no sabemos si con algún
fundamento- de que el Caudillo decidiera hacer escala en Valverde, con
tiempo suficiente para inaugurar el centro de formación profesional. Lo cierto
es que Franco llegó a Minas de Riotinto a las 4 de la tarde, en medio de una
lluvia casi torrencial, y que no se detuvo en Valverde[9]. Su
paso, en coche descapotable, fue presenciado por miles de valverdeños apostados
a ambos lados de la carretera. Así describía el Odiel el viaje
de Franco al abandonar nuestra población:
«Desde Valverde la lluvia, que
había sido muy tenue, hasta entonces, empezó a hacerse más intensa, sin que
ello fuera obstáculo para que el público permaneciera inalterable cubriendo
totalmente las aceras por donde pasaba la comitiva». La intensa jornada del dictador, durante toda
la mañana en Huelva, hizo inviable que se detuviera en la capital andevaleña, a
pesar de las presumibles gestiones de las autoridades locales.
Se suceden entonces
meses frenéticos: en julio de 1956 el
edificio estaba terminado y su valor aproximado era estimado en unos 3 millones
de pesetas. En el verano se estaba ultimando la instalación de maquinaría y mobiliario.
A principios de julio de 1956 todo estaba listo para la inauguración. Entonces
visitó Valverde el Jefe Nacional del Sindicato de la Piel, Pedro Lamata, para
conocer de primera mano la obra. El ya director de la misma, Eleuterio Torrelo
Rodríguez, enseñó las instalaciones a las numerosas autoridades que se dieron
cita. Lamata, junto al Gobernador Civil, Manuel Valencia Remón, visitó la
amplia nave de los talleres, se detuvo en el funcionamiento de la maquinaria y,
en el salón de actos, cambiaron impresiones con la sección económica del
mencionado Sindicato de la Piel, y disertaron sobre los vericuetos de la
competencia, la falta de técnicos, la necesidad de formar modelistas y
patronistas de calzado, el escaso
consumo nacional y los problemas de la exportación del boto valverdeño[10]. En
dicho acto, en presencia de los industriales valverdeños del calzado y obreros
del sector, se procedió a la entrega de títulos de los miembros del Patronato
del Taller Escuela, órgano máximo de gestión que, además del director y del
secretario, estaría formado por el delegado provincial de sindicatos, el
alcalde y representantes sindicales de las ramas impartidas en el centro. Junto
a Eleuterio Torrelo formaron parte del primer patronato Arturo González
Zamudio, Pedro Vizcaíno Rodríguez, Francisco Hernández Barrera, Diego Fleming,
Gregorio Rivera Rite, Isidoro Blanco Vara, Manuel Zamora Sánchez, Andrés Bravo
Suárez, José Moreno Alvárez, Francisco
Hidalgo Peñalver y José Paniagua Gil.
LA
INAUGURACIÓN DEL TALLER-ESCUELA.-
Valverde estaba a punto de inaugurar un centro
docente de categoría nacional, donde se instruirían –al decir del cronista
valverdeño M. González Mora, en el Odiel del 18 de julio de 1956- los futuros
técnicos del mañana. El 4 de noviembre de 1956 fue la fecha de apertura del
primer curso escolar y el 25 del mismo mes el de su inauguración formal. En
aquellos días se hicieron jornadas de puertas abiertas para que los lugareños
conocieran a fondo el centro. La inauguración oficial se retrasó siete meses, hasta
el lunes 24 de junio de 1957, contando aquel día con la asistencia del entonces
ministro José Solís Ruiz. Franco no se detuvo en nuestro pueblo y, como
desagravio, un año después llegó a Valverde Solís. Natural de Cabra, había
alcanzado el cargo de Ministro Secretario General del Movimiento en la
remodelación ministerial de febrero de 1957 y lo desempeñó desde aquel año
hasta 1969. Era un político ambicioso pero flexible, locuaz y afable[11].
Por ello, andando el tiempo sería el
artífice de la renovación de la imagen de los sindicatos verticales, a los que
concedería el derecho de huelga en cuestiones laborales y la autorización de
elecciones dentro de las fábricas[12].
Tras
pasar la mañana en Minas de Riotinto, procedente de Sevilla, el ministro
almorzó en Zalamea la Real, en la finca El Toril de los ganaderos
Carvajal Tatay. A las 17:30 de la tarde su coche oficial se detuvo a las
puertas del taller escuela. Llegó escoltado por el gobernador civil, Manuel
Valencia Remón, el inspector general de la Vieja Guardia, Pablo Arredondo, el
presidente de la Diputación, Enrique López Márquez, y el vicesecretario
nacional de ordenación social, Marianos Rojas,
y otras autoridades y personalidades[13]
.
Los
alumnos lo esperaban formados frente al edificio, a las puertas del
taller-escuela, y seguidamente presenció unos ejercicios gimnásticos. A
continuación, recorrió de manera detenida los talleres de carpintería,
zapatería, mecánica, soldadura y forja «examinando despaciosamente el
rendimiento de cada uno de los aprendices, con muchos de los cuales cambió impresiones quedando muy satisfecho, tanto
del grado de instrucción de los muchachos, como del entusiasmo que
demostraban en la realización de sus
tareas»[14]. La
comitiva recorrió las dependencias de la cocina y del comedor y, ya en el salón
de actos, el director del centro educativo le dedicó unas palabras de
bienvenida y le hizo saber las necesidades del centro «porque no era momento de
sacar a relucir los éxitos»: hizo partícipe al ministro de la necesidad de ampliar
las instalaciones para dedicar en exclusiva un cuerpo de edificio a las alumnas
«que ahora siguen la enseñanza en convivencia con los muchachos» y le
rogó que dotara al centro de las enseñanzas de electrotecnia[15].
El señor Valencia Remón se refirió a la crisis industrial valverdeña «donde
la industria del calzado se halla estancada, problema del que había hablado ya
con el Ministro y que sería abordado en el Consejo Sindical con mayor amplitud».
Al tomar la palabra Solís,
se dirigió a los profesores instándoles a
«no procurar hacer meros trabajadores, por buenos que éstos sean, sino
que tienen a su cargo la formación de españoles que un día tomarán sobre sí los
destinos de España». Para conseguir tal fin, continuaba el ministro «tenían
que trabajar y enseñar con pasión, seleccionar con rigor y tender a conseguir
grandes servidores de la Patria, a los que no puede faltar una punzante
inquietud política, porque a su vez tendrán en el futuro la misión de llevar
adelante el sindicalismo español y crear donde haga falta otras escuelas
similares a la que les formó a ellos». Además, manifestó su honda
preocupación por el sector del calzado, no sólo local, sino nacional, teniendo
presente que «la producción nacional de calzado, aunque se cifre en 35
millones de pares, es excesiva», demandando de los empresarios presentes un
análisis profundo de dicha producción, al considerarla exagerada para una
población de 28 millones. Para valorar tal realidad, hay que tener muy presente
que la España de 1957 aún vivía los últimos
coletazos de la autarquía y que hasta el Plan de Estabilización Económica de
1959 no se dieron los primeros pasos reales en el proceso de apertura económica
de nuestro país al mundo desarrollado, tras el aislacionismo sufrido por el
régimen de Franco por parte de los países democráticos de nuestro entorno.
José
Solís dejó unas palabras autógrafas en el libro de honor del centro: «Con fe
en esta Escuela Sindical de Formación Profesional y con esperanza que, junto a
buenos trabajadores para la Patria, saldrán de esta Institución futuros mandos
para nuestro sindicalismo. A España hemos de hacerla grande con el trabajo de
buenos obreros y libre con hombres formados profesionalmente»[16].
Antes de macharse prometió atender la petición de ampliación del edificio para
el alumnado femenino y montar el taller de electrotecnia para el curso
venidero.
La
Delegación Provincial de Sindicatos e
importantes autoridades de Falange Española Tradicionalista y de las JONS, el
partido único de la dictadura, siguieron presionando para lograr la mejora de
los accesos. En diciembre de 1956 continuaban las gestiones para la
pavimentación de la llamada calle Triana y de la travesía de la carretera
nacional a la vía férrea[17],
punto de ingreso en el barrio trianero. Tal proyecto fue redactado por el
ingeniero Miguel Marrero González, del Servicio Técnico de Cooperación
Provincial. El presupuesto se elevó a 325.245 pesetas. El alcalde, Pedro
Vizcaíno, propuso solicitar una ayuda a la Excma. Diputación para sufragar los
gastos de indemnización por expropiaciones, teniendo en cuenta que los
propietarios afectados eran modestos artesanos.
La
escuela profesional de Valverde abrió sus puertas con la categoría de Taller
Escuela Sindical de Formación Profesional. El curso escolar 1956-57 contó con
las especialidades de metal, madera y piel (zapateros y aparadoras), mecánica,
forja, soldadura y carpintería. A partir de la estancia del Ministro Secretario
General del Movimiento se logró la ampliación a
las enseñanzas de electricidad y talla en madera. La reorganización de
la idea inicial por parte de la Obra Sindical Nacional es recogida en las
palabras de José Luis Galovart, delegado provincial de sindicatos, en el discurso de apertura del
curso escolar 1957-58: «Esta escuela se montó con el deseo de hacer una
gran fábrica de zapatos. Que no sea una fábrica de parados puesto que de aquí
hay que salir con un sitio fijo: sacaremos ebanistas, electricistas,
soldadores. El que salga de aquí con un título tendrá un sitio fijo y un
porvenir económicamente alentador, así como una garantía espléndida para la
empresa que tenga la suerte de contrataros».
La
escuela se situó en Triana, en la periferia del casco urbano valverdeño en un
barrio esencialmente industrial, ya que allí se situaban las principales
empresas y talleres de la población. Poco a poco, el centro educativo serviría
de aglutinante para el ensanche urbanístico del barrio trianero.
Valverde contaba con una
población de derecho que superaba las 10.600 almas, aún se cultivaban en
nuestro término municipal 1096 hectáreas en secano y 26 en regadío, y aún
existía una cabaña de ganado cabrío cercana a
4.000 cabezas, pero ya la industria del curtido de pieles, las fabricas
de cortes aparados y de calzado se había convertido en el ramo más importante
de la ciudad[18], con
empresas como «Manufactura Valverdeña», Inval S.A. -famosa por su
mecanización y su producción de los botos Legión-, calzados Culmen,
Tenería Andaluza S.L, Calzados Cejudo, Calzados Fernández, Calzados Arroyo,
Calzados Calero, Calzados Vélez, Gregorio Arrayás Feria, Andrés Hidalgo
Vizcaíno, Andrés Becerro o Bartolomé Hidalgo, empresas a las que se unían
varios representantes de curtidos, hormas y tacones de otras tantas industrias
nacionales -como Augusto Martínez Perea, Antero Rodríguez o Antonio Millán. Con
anterioridad, ya en los años cuarenta, José Parreño Lineros (Joselito el
mamá), ideó el boto campero, -al principio solo al alcance de las economías
más pudientes-, y se creó un botón Legión con horma de punta fina y tacón cubano[19].
La apertura de la Escuela Profesional «José Antonio» supuso un enorme avance
para Valverde. Por estas mismas fechas, Fermín de la Sierra, secretario de la
Comisión Nacional de Productividad trajo a un experto americano para divulgar
sus ideas de competitividad, calidad de los productos y rendimientos fabriles[20].
Se estaban poniendo las bases de la aceleración industrial de la población.
En 1963 la Escuela profesional fue catalogada como Centro no oficial reconocido de
formación profesional industrial la Escuela de Formación Profesional Industrial
«José Antonio». De conformidad con el art. 27 de la Ley de Formaci6n
Profesional Industrial de 20 de julio
de 1955 « haciendo uso de la facultad concedida
en el apartado a) de su artículo 29, con
informes favorables de la Junta Central de Formación Profesional Industrial y del CoııseJo Naciopnal de Educacion. a propuesta de! Ministro de
Educaciön N aclonal y previa deliberaci6n del Consejo de Ministros en su
reuni6n del dia 25 de enero de 1963»
DISPONGO:
Artículo primero.-Se clasifıca como Centro no oficial reconocido de
formación profesional lndustrial, dependiente de la Organizaci6n Sindical, la
Escuela de Forınaci6n Profes;ional
Industria! «Jose Antonio». de Valverde del Camino (Huelva) con el alcance
y efectos que para dicha categoría establece la
Ley de veinte de julio de mil
novecientos cincuenta y cinco y
sus disposiciones complementarias.
Articulo segundo.-Queda autorizado el
Ministerio de Educación Nacional para
dictar las oportunas nor:nas relacionadas con los requisitos
que deben cumplirse por el indicado Centro en orden a grados de enseñanza.
especialidades y horario escolar, asi coma de cuantas disposiciones
sean necesarias para el mejor cumplimiento de lo
que se ordena
Así dispongo per el presente
Decreto. Dado en Madrid a treinta y uno de de enero de mil novcciento: sesenta y tres.
FRANCISCO FRANCO:
El Minıstro de Educaciónn
MANUEL LORA TAMAYO[21]
En aquel mismo día
recibieron la misma catalogación otras escuslas profesionales repartidas por
toda le geografía nacional, a saber, Taller-Escuela
Sindical «Nuestra Señora de los Remedios», de Guarnizo (Santander), Escuela
Profesional de la Sagrada Familia, de Alcalá la Real (Jaén), Escuela
Profesional «San Pedro Regalado», de Valladolid, Escuela Profesional «La Sagrada Familia», de
Villacarrillo (Jaén); Virgen de Belén», de
Pilas (Sevilla), Escuela Profesional Salesiana «Los Pizarrales», de Salamanca,
Escuela de Formación Profesional Industrial de Mataró (Barcelona).
[1]
Odiel, 23 de junio de 1957, p. 7.
[2]
López, T. Aproximación a la Historia del Instituto de Enseñanza Secundaria
Don Bosco. Facanías, 1997.
[3]
A.M.V./L.A.C. de 1948, 9 de septiembre.
[4]
Odiel, 15-01-1949: 2
[5]
Odiel, 30-11-1950.
[6]
Odiel, 26-10-1952.
[7] A.M.V./L.A.C. de 1954, 7 de mayo
y 4 de junio.
[8] A.M.V./L.A.C. de 1956, 26 de
marzo.
[9]
Odiel, 25-04-1956, p. 4.
[10] Odiel 3-7-1956:7.
[11] P. Preston: Franco: Caudillo de España: 720
[12] Carr R. España. 1808-1975,
pág. 692.
[13]
Odiel, 25-06-1956, pág. 2.
[14]
Ibidem.
[15]
Discurso de bienvenida a Solís Ruiz, pronunciada por Eleuterio Torrelo. Odiel, 25 de junio
de 1957.
[16] Adelante.
Portavoz del Taller Escuela José Antonio, nº 1, 1958.
[17] A.M.V./L.A.C. de 1956, 6 de
diciembre
[18] Vid. Mola,
F., Valverde en fiestas, 1955.
[19] Rivera
Hidalgo, A. 1993.
[21] Decreto 275/1963, de 31 de enero, por el
que se clasifica como Centro no oficial reconocido de formación profesional
industrial la Escuela de Formación Profesional Industrial «José Antonio», de
Valverde del Camino (Huelva
Juan Carlos Sánchez COrralejo
De la Escuela Profesional al IES DOn Bosco, pp. 15.
I.S.S.N. 84-690-2378-0
El edificio primigenio. Año 1856
2º Que la referida (parcela) [sic] concesión queda condicionada a que las obras de construcción del edificio escuela den principio antes de transcurrir dos años y queden terminadas antes de los seis años, ambos contados a partir de esta fecha. De no cumplirse estas condiciones la concesión quedaría nula, revertiendo el terreno a la propiedad del Ayuntamiento y quedando en su beneficios cuanto en él se hubiere hecho o construido, sin indemnización de clase alguna al concesionario»[3].
«Desde Valverde la lluvia, que había sido muy tenue, hasta entonces, empezó a hacerse más intensa, sin que ello fuera obstáculo para que el público permaneciera inalterable cubriendo totalmente las aceras por donde pasaba la comitiva». La intensa jornada del dictador, durante toda la mañana en Huelva, hizo inviable que se detuviera en la capital andevaleña, a pesar de las presumibles gestiones de las autoridades locales.
Valverde estaba a punto de inaugurar un centro docente de categoría nacional, donde se instruirían –al decir del cronista valverdeño M. González Mora, en el Odiel del 18 de julio de 1956- los futuros técnicos del mañana. El 4 de noviembre de 1956 fue la fecha de apertura del primer curso escolar y el 25 del mismo mes el de su inauguración formal. En aquellos días se hicieron jornadas de puertas abiertas para que los lugareños conocieran a fondo el centro. La inauguración oficial se retrasó siete meses, hasta el lunes 24 de junio de 1957, contando aquel día con la asistencia del entonces ministro José Solís Ruiz. Franco no se detuvo en nuestro pueblo y, como desagravio, un año después llegó a Valverde Solís. Natural de Cabra, había alcanzado el cargo de Ministro Secretario General del Movimiento en la remodelación ministerial de febrero de 1957 y lo desempeñó desde aquel año hasta 1969. Era un político ambicioso pero flexible, locuaz y afable[11]. Por ello, andando el tiempo sería el artífice de la renovación de la imagen de los sindicatos verticales, a los que concedería el derecho de huelga en cuestiones laborales y la autorización de elecciones dentro de las fábricas[12].
[1]
Odiel, 23 de junio de 1957, p. 7.
[2]
López, T. Aproximación a la Historia del Instituto de Enseñanza Secundaria
Don Bosco. Facanías, 1997.
[3]
A.M.V./L.A.C. de 1948, 9 de septiembre.
[4]
Odiel, 15-01-1949: 2
[5]
Odiel, 30-11-1950.
[6]
Odiel, 26-10-1952.
[7] A.M.V./L.A.C. de 1954, 7 de mayo
y 4 de junio.
[8] A.M.V./L.A.C. de 1956, 26 de
marzo.
[9]
Odiel, 25-04-1956, p. 4.
[10] Odiel 3-7-1956:7.
[11] P. Preston: Franco: Caudillo de España: 720
[12] Carr R. España. 1808-1975,
pág. 692.
[13]
Odiel, 25-06-1956, pág. 2.
[14]
Ibidem.
[15]
Discurso de bienvenida a Solís Ruiz, pronunciada por Eleuterio Torrelo. Odiel, 25 de junio
de 1957.
[16] Adelante.
Portavoz del Taller Escuela José Antonio, nº 1, 1958.
[17] A.M.V./L.A.C. de 1956, 6 de
diciembre
[18] Vid. Mola,
F., Valverde en fiestas, 1955.
[19] Rivera
Hidalgo, A. 1993.
[21] Decreto 275/1963, de 31 de enero, por el
que se clasifica como Centro no oficial reconocido de formación profesional
industrial la Escuela de Formación Profesional Industrial «José Antonio», de
Valverde del Camino (Huelva
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