miércoles, 11 de mayo de 2016

LA FESTIVIDAD DE SAN JUAN BOSCO, patrono de la formación profesional, era la que más pasiones levantaba entre la chavalería de los talleres. La víspera había cine: la escuela pagaba la entrada a sus alumnos para acudir al Cinema Valverde. Las actividades del 31 de enero se iniciaban con la celebración de la misa. En 1960, el 31 de enero fue domingo. Por los datos extraídos del Boletín Parroquial, los alumnos de la escuela profesional  tuvieron misa a las once de la mañana, oficiada por el profesor de religión, el reverendo. Manuel Vélez Fernández[1]. Pero en los años posteriores, la fiesta se trasladó al propio centro escolar. Empezaba con una misa de comunión general, a menudo celebraba en el vestíbulo del centro escolar. En 1962 fue oficiada por el párroco de Trigueros, mientras se ocupó de la plática  Manuel Vélez, a la sazón profesor de religión y de lengua del taller-escuela. A fines de la década de 1960, la eucaristía se hizo más rica , gracias a los cánticos del coro mixto del colegio que interpretaba a cuatro voces salmos y espirituales, y las ofrendas de trabajos en piel, madera, chapa y electricidad por parte de los propios alumnos «mediante sencillas pero devotas palabras»[2].

Tras la misa, llegaba la representación teatral,  preparada por los propios alumnos, entre los que destacó Consuelo Romero, a pesar de sus problemas de garganta. A continuación, alumnos, profesores y autoridades pasaban a la explanada anterior, situada delante de la fachada principal, donde se celebraban espectaculares pruebas de gimnasia y tablas de educación física, saltos de potro y caballete, todos ellos profusamente aplaudidos por la asistencia. Se completaban los actos con los tradicionales juegos entre alumnos: carreras de sacos, carreras de cintas, o el difícil arte de comer chocolate con los ojos vendados. Se jugaba por parejas, de manera que cada tándem trataba de dar chocolate al compañero. Era divertido y el cacao acababa llenando a todos, jugadores y espectadores. Resultado parecido tenía la búsqueda, con la simple ayuda de la boca, de la moneda escondida en el plato de harina. Muchos curiosos, habitantes de los alrededores, se asomaban al patio y eran copartícipes del jolgorio general.

La carrera de burros era de los actos más espectaculares. Los alumnos participantes buscaban el burro más viejo, ya que, según las reglas de esta curiosa competición,  ganaría el que más tarde llegara a la meta. La prueba bordeaba el antiguo campo de fútbol y volvía al centro a través de la calle Diputación. A continuación, se procedía a la entrega de premios de los campeonatos deportivos celebrados las semanas anteriores: tenis de mesa, ajedrez, damas, dominó, fútbol, baloncesto y voleibol.  La celebración continuaba  con el almuerzo común y finalizaba con una velada folklórica en la que algunos de los alumnos mostraban sus inclinaciones artísticas.  El 31 de enero de 1962 fueron artistas por un día los alumnos María Josefa,  Gloria Arroyo, Mari Carmen Diéguez Vélez y un conjunto de baile. El cronista habla asimismo de la valiosa colaboración en estos actos de la sección femenina, a través de dos de sus camaradas enviadas al centro con el cometido de asesorar  para que la fiesta alcanzase la mayor brillantez posible.

No faltaban los representantes de la Organización Sindical franquista, siendo habitual la presencia del delegado provincial de sindicatos. En el San Juan Bosco de 1967, a las 11 de la mañana, como era habitual, se celebró  la misa oficiada por el capellán, con panegírico a cargo del asesor religioso de la Organización Sindical, el Padre Castro Merello. Tras el programa de actividades lúdicas, se impusieron medallas a los productores León Ortega y Contreras. Por la tarde, actividades deportivas y la sesión cinematográfica[3]. Dos años más tarde, en 1969, las autoridades estaban compuestas por Ángel García del Bello, secretario provincial  de Sindicatos,  José Martí Pascual, vicesecretario de obras sindicales, y el Sr Buade, secretario de la obra sindical  de Educación y Descanso[4].

Desde 1975 se amplió la oferta lúdica con la celebración de una fiesta de fin de curso, uno de cuyos puntos destacados era la elección de la reina del T.EJ.A. (Taller Escuela José Antonio) y de sus damas de honor. En 1975 la elegida fue Antonia García Blanco, acompañada, en calidad de damas de honor, por Manoli Contioso Mora, Pepi Flores Gutiérrez, Manoli Fernández Gutiérrez y Ana Mª Cera Recio, y por los  hijos de Rami y Javier «Zarrita», encargados aquel año de llevar las bandas. En el salón de actos, las damas y la reina se ocupaban de la entrega de premios a las actividades culturales y deportivas. El acto acababa con un fabuloso baile con orquesta para los chicos y chicas y sus familias, celebrado en las pistas deportivas. 

Al año siguiente, en 1976, las pocas alumnas que quedaban coparon los puestos de honor: Conchi , la reina y sus damas  Elisa, Repo León y de nuevo Pepi Flores. Al año siguiente, cuando el taller de cortes aparados estaba a punto de desaparecer, las elegidas fueron Pepa Ramos, María José Morián, Manoli Contioso. Juani Macías y Elisa.



[1] Hoja parroquial. Domingo 31 de enero de 1960
[2] Odiel, 6-2-1969.
[3] Odiel 26-1-1967
[4] Odiel, 6-2-1969.

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